miércoles, 29 de junio de 2011

El endeudamiento de los Estados.

Pensemos en un estado moderno, de los últimos 50 años, con una economía levemente intervenida por el estado en los sectores más cruciales (sanidad, infraestructuras...) pero más o menos liberal en los demás. Obviamente el Estado tiene policía y ejército. Pensamos ahora en España.

Como cualquiera que sepa un poco de finanzas sabrá, es bueno endeudarse hasta cierto punto, comprar todo con recursos propios no es del todo deseable. Y así es también para un Estado. Es por esto que el Gobierno español, para poder aplicar sus medidas sociales necesita dinero, dinero que espera reembolsar gracias a los beneficios sociales que éste genere.

Con un ejemplo lo veremos mejor: El estado me da 100€ esperando que yo sepa invertirlos bien, y que yo al cabo de 2 años, pueda devolverle 110€, vía impuestos sobre el beneficio, IVA o otros derivados de las ganancias que yo haya podido obtener de los 100€ iniciales. Como vemos existe un desfase entre el gasto del estado en mí, y el posterior ingreso del dinero. ¿Pero de dónde saca el Estado el dinero para dármelo si yo no tengo nada para darle? De la gente que lo tiene, es decir, "los mercados".


Los mercados actúan de la siguiente forma: Toma, Sr. Zapatero 100€, inviértelos en qué y en quién más los necesite, y gracias a los beneficios sociales obtenidos, dentro de 10 años me devuelves 110€.

Parece un sistema bueno, yo tengo mis 100€ para poder invertirlos, el Estado puede beneficiar a sus ciudadanos y los mercados obtienen ingresos por su dinero.

Hasta aquí genial, pero ¿qué pasa si el Estado le da el dinero a la gente equivocada, o se gasta el dinero en las cosas o personas que realmente lo necesitan y le van a sacar provecho?*

Es sencillo ver lo que pasa, que no va a poder pagar a sus deudores.


Ahora aquí se plantean dos soluciones:

  1. Que el Estado nos diga: bueno, yo me voy a asegurar de darte solamente el dinero estrictamente necesario para asegurarte un mínimo de oportunidades y bienestar, digamos algo así que el estado nos proporciona lo mínimo para poder "permanecer en el mercado"
  2. Que el Estado piense más en que gastar el dinero.
Sinceramente creo más en la primera, los políticos al fin y al cabo son personas, con todos sus defectos, y si esta tanda de políticos ha pecado de no saber por dónde le daba el aire, nada nos garantiza que la siguiente no lo haga, estos son los peligros del intervencionismo, que cuanto más poder se tiene para hacer el bien a la sociedad, más poder se tiene para hacerle el mal.



*Por esta frase parece que exprese que no se debe dar dinero a las clases bajas, todo lo contrario, pero muchas veces el dar dinero directamente no es, ni de lejos, la mejor solución.

jueves, 23 de junio de 2011

El otro peligro del Petróleo

¿Y si el mayor peligro para la economía mundial no fuera el final del petróleo, sino la intervención estatal?

Esta tarde me ha llamado la atención esta noticia sobre el petróleo, y creo que debería explicaros el otro peligro que tiene el petróleo económicamente. Para ello, dejaremos a un lado durante un momento los problemas medioambientales y sociales que provoca, y centrémonos únicamente en la economía, pero para ello, vamos a remontarnos casi 40 años atrás.

Estamos en 1973, cuando se sucede la crisis del petróleo, por una serie de razones que ahora no voy a detallar, el precio del barril se dispara, y lo mismo sucede en 1979. El resultado como se puede obtener del gráfico (fuente) es que el barril de petróleo (que venía descendiendo) pasase en menos de una década de 16$ a unos 70$. Las consecuencias para la economía mundial, no solo os las podéis imaginar, sino que podéis ampliar vuestros conocimientos en la Wikipedia.

Si, me estoy saltando mucho, pero quiero llegar a lo que quiero explicar, que es el caso de España. En la crisis de 1973, el Gobierno franquista de aquel entonces con la economía abierta pero aún muy intervenida, decidió mantener los precios a un nivel similar al anterior de la crisis. Así las cosas, como podéis ver, el Gobierno "subvencionaba" la compra de petróleo pagando él el sobrecoste. Obviamente esta situación se volvió insostenible, porque la economía interior española no era lo suficientemente competitiva en el exterior como para compensar con ingresos, los gastos de la subvención del petróleo, esto unido a la caída del régimen a mediados de la década hizo que a finales de la misma se plantease el retirar esta norma o "subvención" y que los españoles tuvieran que pagar el precio de mercado del petroleo.

Esta subida repentina hizo que los españoles, a finales de los 70, después de vivir casi una década de subvención petrolífera estatal, tuvieran que encontrarse con la cruda (atentos al juego de palabras) realidad. Un petróleo que había multiplicado por 10 su coste para el español de a pie, de un día para el otro, como muestra el siguiente gráfico (fuente).



Así pues, en un mercado libre, ante la falta de petróleo progresivo, este iría aumentando ligeramente de precio, hasta el punto de encarecerse tanto que las otras alternativas (hidrógeno, solar,...) acabarían siendo relativamente baratas. Si el mercado está tan intervenido como está actualmente, lo único que podemos esperar son estos bruscos vaivenes provocados por los deseos de cualquier jefe de estado. No hace falta pensar mucho para poder pensar un escenario en el que la OPEP quiera mantener un precio bajo del petróleo para poder seguir enriqueciéndose, hasta que un día digan: Señores, queda lo justo para una barbacoa, y lo venderemos a $3.000 el barril.

miércoles, 22 de junio de 2011

¿Por qué necesito un banco?

Empezaré esta peliaguda entrada diciendo que defiendo los bancos, no nuestros bancos.


Un banco es un intermediario financiero, su objetivo último es acercar a los que tienen dinero y necesitan sacarle rentabilidad y los que necesitan dinero y estarían dispuestos a pagar unos intereses por él. En esta misma frase he resumido la idea entera del post, veámoslo con un ejemplo sin bancos:

Yo, Fulanito DeCual veo que en mi ciudad no existen suficientes panaderías, por consiguiente las que hay venden toda su producción, y como agotan sus existencias éstas se pueden permitir aumentar su precio, así que pongamos, venden el pan a 1€.

Con mi visión emprendedora decido montar mi propia panadería, porque hay demanda y podría ofrecer un precio más bajo (La demanda es mayor que la oferta, así que el mercado no está en equilibrio y las panaderías cobran un precio más alto por el pan del que deberían, por eso puedo rebajar ese precio). Así que decido ir con mis ideas al señor ricachón de la ciudad Anselmo McMillioner, el cual me dice que no, que soy un don nadie y que lo único que haría sería tirar el dinero. Como ahora McMillioner tiene mi idea, él mismo decide montar la panadería y contratarme como empleado.

En este apocalíptico escenario dónde las barras de pan cuestan 1€, si yo, Fulanito, hubiese vivido en una sociedad bancaria, podría haber pedido un crédito al banco y haberme montado yo mi propia panadería.

Y aquí es dónde viene el problema: Así como el Sr. McMillioner espera obtener cierto rendimiento de su dinero, el que pide el préstamo también debería pensar en que el dinero que le dan no es para ir a comprar helados, sino que debería ser para poder sacar un rendimiento. Es decir, los bancos están pensados para acercar a la persona de a pie el capital, el problema nace cuando se piden créditos para cosas que no son una inversión, son un gasto y esto es malo, muy malo.

Si pedimos un crédito hipotecario, con un interés del 10% y nos lo tomamos como una inversión, es porque esperamos que el precio de la casa suba más de ese 10% ¿Quién dijo crisis?

Pero volviendo al tema y queriendo resolver la pregunta del título: Necesito un banco porque me acerca capital cuando necesite invertir o emprender, porque me permite endeudarme y consumir, permiten que nazcan enteras industrias de la nada y que la población aumente su nivel de riqueza medio.

Lo necesitamos todos porque un país sin un sistema financiero fiable y robusto no puede avanzar, porque la economía depende mucho más de lo que nos gustaría de las expectativas y la confianza, y funciona, pero requiere un esfuerzo por comprender y aprovechar el sistema