miércoles, 24 de julio de 2013

Vamos a dejar de mirarnos el ombligo: China es el problema.

Si hace un par de días veíamos las consecuencias que tenía el que el gobierno metiera las narices donde no le llaman hoy no nos vamos a alejar tampoco mucho del tema.

China en la última década

Eran el nuevo Japón, si en los 90 nos fascinaba la electrónica que Japón nos vendía, China tampoco se quedaba muy atrás. Veíamos como el país más poblado de la tierra salía poco a poco de su letargo comunista, fábricas e industrias salían como setas y el gigante asiático ha copado portadas en revistas económicas durante toda la década. Muchos se fascinaban con cómo China podía estar echando un pulso al capitalismo occidental desde un comunismo de estado. Y lo mejor de todo es que en los últimos años parecía que no todo eran ruedas dentadas y plásticos baratos, si no que todo el dinero que se estaba ganando se empezaba a invertir en sanidad y educación.

PIBpc chino a dólares constantes de 2000 Fuente: Banco Mundial

Y mirando los datos tampoco hay mucho de donde arañar: un crecimiento superior al 7% incluso en momentos de crisis y unas perspectivas de futuro que parecían aún mejores. China estaba preparada para dotar al mundo de cualquier cacharro con procesador que este necesitase: iPads, Wiis, Xboxs, smartphones, todos ellos fabricados en parte o integralmente en China.Obviamente no todo era rosa y la gente iba en unicornio al trabajo, pues la contaminación ha aumentado considerablemente y es un grave problema tanto de salud, social y económico, hay partes del país que siguen sumidas en la mayor pobreza, olvidadas completamente de los mercados globales y entretenidas en cultivar arroz hasta el infinito. Y ahí no acaba la cosa, China sigue en esencia siendo una dictadura que a base de pan, dinero y circo ha conseguido que nos olvidemos de ella, se siguen violando libertades y derechos humanos y un largo etc, pero no nos queda duda que, tiempo al tiempo, y al igual que ya ha pasado en el primer mundo, estas asperezas se irán limando.

Buscando calderilla por los cajones...

Y entonces se empezó a liar y nadie se dio cuenta: China pensaba que con su mano de obra barata podría aguantar hasta el final de los días y producir de todo para siempre, el caso es que en China está empezando a nacer la clase media, gente que después de matarse 12h al día en una fábrica ha conseguido tener ciertos ahorros y cierta estabilidad y colchón financieros. En estas que el Banco de China (el central, no es que solo haya uno) decide que aún con toda la inversión mundial y alguna más necesitan meter más dinero en la economía y mantiene unos tipos de interés muy muy bajos. Y aquí volvemos a la mismo historia de siempre: bajos tipos de interés que hacen que tiremos el dinero en máquinas que creemos que nos harán ricos, pero no.

Tipos de interés del BoC 1991-2012

El caso es que China tiene ahora muchas deudas y no consigue el dinero para pagarlas, tiene un grave problema de liquidez y encima una burbuja de crédito que haría que Rodrigo Rato se partiera la caja durante siete meses y otros dos más. Aunque viviendo un un mundo que no tiene más aquel que más trabaja, si no aquél que más dinero consigue tener prestado, no me extrañaría nada. El caso es que ahora los tipos de interés de los bancos comerciales están por las nubes y conseguir dinero es cada vez más difícil, el gobierno se está esmerando en conseguir dinero sea como sea, y sus compras de dólares están aumentando otra vez.

Lo que no queda duda es que algo sucede en China, y que dado el hermetismo con el que el gobierno trata estos temas, seguramente nos enteraremos cuando ya sea demasiado tarde. Pero tal y como Syrio Forel le dice a Arya Stark en Canción de hielo y fuego: "watch with your eyes". China sin querer nos va dando pequeñas pistas, de que no todo es perfecto en el paraíso "comunista". ¿Os acordáis cuando China compró miles de millones de deuda europea hace unos meses? ¿Se estarían portando los Chinos como un hermano mayor? Para nada, lo que querían era diversificar riesgos (y también tratar que la UE no se fuera por el retrete, tampoco voy a ser tan malo) y sobre todo hacer amigos, no vaya a ser que algún día pase lo que tiene que pasar...

Así que...¿China?

Y no solo China, Estados Unidos también tiene una deuda desorbitada que sólo se mantiene gracias a que el dólar se usa por todo el mundo y a nadie le interesa que aquello explote. ¿Cifras? Cada contribuyente norteamericano al tesoro debe más de 148.000$. Por otro lado tenemos a Japón con una deuda superior al 200% de su PIB y con un Banco Central que lleva años intentando recuperar el control de la economía. Pero parece que hasta que aquí pase alguna gorda seguiremos viviendo de las deudas.

El problema con China es especialmente gordo pues ni tiene una moneda fuerte que se use internacionalmente ni tiene unos ciudadanos lo suficientemente ricos como para intentar colarles a ellos la deuda así que lo más seguro es que en un momento u otro China diga: "Hoy no os puedo pagar." Y entonces será mejor que ese día no nos levantemos de la cama.

lunes, 22 de julio de 2013

Compro Oro

- Perdone, ¿hay una panadería aquí cerca?
- Detrás de ese Compro Oro verá una calle a mano derecha, suba por ella y a la izquierda del tercer Compro Oro hay una panadería.

(Si su aburrimiento es > 7, saltar al tercer párrafo)

Salen como setas por las ciudades, como hace unos años salieron los "chinos", los locutorios, los cibercafés o hace más tiempo los estudios de fotografía. Cualquier alumno de empresariales con 3/4 de dedo de frente sabrá decirle que al nacer un nuevo mercado este pasa por una fase de expansión cuya oferta acaba superando a la demanda del mismo, finalmente algunos de estos negocios acaban por cerrar quedando sólo una fracción de los totales. Esta sobrevaloración de un mercado por encima de su valor real es a lo que llamamos "burbuja", nombre muy adecuado pues siempre explotan. Estas burbujas nacen normalmente por una sobreestimación del valor de un mercado o de un activo. Supongamos que el rendimiento real de un negocio de venta de goma de mascar es realmente del -3%, pero nosotros cegados por la novedad del producto pensamos que es del 15%: Pediremos un crédito al 5% de interés y nos lo acabaremos comiendo con patatas, y acabaremos cerrando la tienda.

El caso es que las burbujas han existido desde que el hombre es hombre y la hierba es verde, imagino a un pobre egipcio comprando estatuillas de gatos para descubrir que sólo servían de pisapapiros. Así todo esta historia nos lleva hasta la crisis económica y financiera de 2007-2078 (aprox.), donde en momentos de pánico bursátil se pensó que el oro era un valor seguro y muchos inversores apostaron por él. El problema nació cuando este aumento del precio del oro se traslado al público en general, que suele poseer algo de oro. Este incremento y la pérdida de capacidad adquisitiva de la población han hecho que aparezcan los Compro Oro, pero ¿deberíamos preocuparnos? ¿no eran malas las burbujas?

Imaginemos por un momento que el Estado empujado por este boyante negocio decide bajar los tipos de interés y prestar dinero más barato a los compraorenses y cambia la legislación para que poner un "Compro Oro" no requiera licencia. Más gente todavía se lanzaría a comprar oro para sacar un beneficio pues los costes han descendido. No estamos haciendo si no empeorar la situación, alimentando otra burbuja más que indudablemente acabará explotando, y lo que es peor: Estamos dando incentivos a personas que no deberían estar vendiendo oro a que lo hagan, ya sea porque no tienen nada mejor que hacer o porque son unos cazasubvenciones de cuidado. Sea cual sea el caso acabamos de convertir algo que sucede todos los días, en un verdadero problema.

Dragon Kahn, plano alzado.

Y ahora amigos míos cambiad "compro oro" por "mercado de la vivienda" y tenéis una perfecta descripción de la burbuja inmobiliaria. Si ni las cajas se hubieran liado a regalar dinero, ni los políticos a meterse dinero en los bolsillos con concursos y concesiones probablemente la burbuja inmobiliaria hubiera sido más una anécdota que un problema real, pero cuando la mano del todopoderoso Estado entra en juego la liamos y acabamos con un problema en un mercado que acaba provocando una crisis nacional.

Las burbujas no son intrínsecamente malas, nacen de una distorsión en nuestra percepción de incentivos que nos hacen valorar las inversiones a un precio superior al que realmente tienen, unas veces pueden salirnos bien (quizá aquellos que vieron en la soja un producto con mucho futuro hace algunos lustros ahora estén de acuerdo conmigo) y otras veces nos sale muy mal, como a las inmobiliarias que no pueden sacar las casas, los bancos que se las quedan y no saben que hacer con ellas, o un negocio de compro oro que si baja el precio del oro se verá obligado a venderlo a un precio mucho más bajo del esperado.

Pero "a todo cani le llega su Vendo Oro..."

Precio del oro los últimos años, busque las 7 diferencias

Si consideramos la economía global y no lo que queda en España de ella, las cosas no pintan tan terriblemente mal, ni el capitalismo se ha acabado ni hemos vuelto al trueque, y lo cierto es que la burbuja del oro tal y como vino se está empezando a ir y el metal se ha desinflado. ¿Cual es el futuro de estos negocios? Los que nacieron como joyerías lo más normal es que volvieran a su actividad primigenia y aquellos otros lo cales que no acabarán cerrando o adaptándose en su mayoría, o venderán otro tipo de objetos relacionados (joyería). Así las cosas dentro de poco tiempo tendremos una nueva plaga de otras cosas en las ciudades, quizá venta de helados a domicilio o alquiler de latas usadas, ningún mercado escapa del mercado.

El resumen es que estas burbujas suceden siempre que se crea un nuevo mercado con incertidumbre, pero que sólo se convierten en un problema si en ellas se compromete el dinero de todos los contribuyentes, pues no es lo mismo que un puñado de inversores decida apostar por el oro, o por una promoción de 4.000 viviendas en primera linea de playa, a que lo hagamos todos a través del estado. Además parece que nuestro Papá Estado tiene tendencia a dejarse el dinero en negocios no muy rentables, o si no que se lo digan a la productividad de los agricultores de trigo del Siglo XIX, aunque ese es tema para otro post...