viernes, 25 de julio de 2014

Israel y Gaza, Gaza e Israel. Una guía rápida.

Llega un punto en el que hay que abrir la boca, un punto en el que después de leer tanta información y desinformación creo que hay que aportar un poco de luz y perspectiva en el asunto. Aquí va una guía breve para no ser un subnormal opinando sobre el conflicto Israelí y Palestino..


  1. Si uno ataca el otro se defiende, y el otro se defiende de la defensa. Ninguno de los dos es un santo, los dos bandos tienen el mismo objetivo. Si Palestina lanza cohetes incluso después de un alto el fuego Israel se defiende, y viceversa.
  2. La cuestión no tiene por qué llegar por raíces históricas ni el mítico "este territorio antes era mío", el territorio es, tristemente, de aquél que consigue mantenerlo bajo su poder. Que se pregunten a Argentina con las Malvinas.
  3. Defender a un bando en una guerra es estar en el lado de los perdedores, tomar una posición neutral e intentar ver los posibles puntos de entendimiento que puedan llevar a la cancelación del conflicto armado, es estar con los vencedores.

Esta es la verdadera esencia liberal y libertaria en estos conflictos, las guerras no son buenas para ninguno de los principios liberales o libertarios, ¿por qué defender al menos malo? Puede que el estado de Israel jamás hubiera tenido que existir, y puede que Israel haya invadido territorios que no les pertenecían. También puede que en Palestina nos guste o no esté gobernada por un grupo terrorista y que usen a la población para su beneficio. Defender a uno es obviar las maldades del otro.

Dejen de matarse, cojones ya.

1 comentario:

  1. Hombre, sí, sí que la historia importa, y uno ya ni siquiera se refiere a la guerra del 48 o del 67, sino a lo que ha estado ocurriendo alrededor de Gaza en los últimos años: un bloqueo insólito, que convierte a millón y medio de personas en refugiados en su propio territorio. Hablamos de una situación en la que una población no puede pensar su futuro porque no hay margen alguno de maniobra y porque las infraestructuras pueden ser bombardeadas al día o a la semana siguiente.
    Hay historia y hay contexto, sí señor, y es difícil pensar en acuerdos cuando uno de los bandos parece empeñado en retrasar e incluso cancelar ad eternum la creación de un futuro estado palestino. Basta ver el mapa de Cisjordania para reparar en lo que es un gradual plan de anexión, un plan que solo podría detenerse con la creación de un estado oficial con ciertos derechos que, ahora mismo, Palestina no tiene. Las agresiones por parte de Israel son permanentes, desde las colonias en Cisjordania pasando por las expropiaciones en Jerusalén o las humillaciones y detenciones cuasi ilegales de palestinos en su propio territorio. Es un pueblo al que se le han arrebatado tantos derechos y conceptos básicos que los cohetes me parecen una reacción humana, una reacción desesperada de unas gentes a las que ya se les ha quitado todo. Israel desencadena esa disposición violenta y al mismo tiempo se nutre de ella para legitimar sus constantes anexiones.
    La paz, es evidente, depende de los dos, pero en este caso de uno más que de otro.

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