jueves, 20 de febrero de 2014

¿Por qué Whatsapp vale 19.000 millones? (o no)

Así con una calculadora, contando que en el momento de adquisición Whatsapp tiene 450 millones de usuarios a cada uno de nosotros nos han valorado por $42, unos treintaypico euros. Pero sin duda Facebook no ha pagado por comprarnos, ha pagado por la marca, las personas, los ingenieros y demás capital intangible que posee Whatsapp. Pero antes de nada, ¿por qué Whatsapp quiere vender?

Así como hace años pasamos del "hablamos por SMS" al "hablamos por messenger", ahora andamos entre el "hablamos por Facebook" y el "hablamos por Whatsapp", y en esta lucha los últimos tenían las de perder. La mayor ventaja que tuvo Whatsapp en su momento, y de ahí su popularidad, fue el saber entender que la comunicación tenía que ser global. Que con una sola herramienta teníamos que llegar al máximo de personas posible.

Esta pequeña frase fue la que no entendieron los inventores del MMS y de la Videollamada, tecnologías que no hacían más que restringir su uso a si ambos terminales disponían de la misma tecnología. En la época de las cuentas de usuario y las contraseñas Whatsapp vio el filón en el número de teléfono. Mientras los niños guays iban con el Blackberry Messenger y su número, la grandeza y el éxito de Whatsapp fue el extender la mensajería SMS a las redes móviles. Y punto. Con solo tener tu número ya podía hablar contigo, y gratis. Y encima daba igual si tenías un iPhone o un Nokia con Symbian, casi cualquier móvil que tuviera datos podía instalársele el dichoso programa.

"Mi icono es un teléfono pero no hago llamadas. WTFFFF"

Adonde quiero llegar es que en un programa de mensajería lo más importante es poder comunicarse, con cuanta más gente mejor. ¿Y hoy en día cuál es la red social que más usuarios tiene? Facebook. Y Facebook sabe monetizar su negocio. Facebook ha demostrado que mientras otras grandes de la industria como Foursquare no saben por donde les da el aire si no es por una inyección brutal de capital, la red de Zuckerberg ha sabido atraer a las empresas y usuarios.

Y aquí entra el por qué de la venta. Whatsapp tiene muy fácil financiarse pero muy difícil ganar dinero. 1€ al año por usuario y ya muchos han puesto el grito en el cielo. Además Whatsapp tampoco puede permitirse subir mucho más la cuota, porque otras empresas más jóvenes y sin (de momento) nada que perder como Telegram se pueden comer su mercado a mordiscos. Este es verdadero problema de Whatsapp, es una aplicación de mensajería cuyo exitoso modelo de negocio le pesa la monetización, pero no solamente esto, si no que sustituirla es tan sencillo como instalar (pongamos) Telegram y esperar a que algún colegui tenga la misma idea.

En resumidas cuentas: Whatsapp no da dinero y es muy fácil acabar pasándose a la competencia.

Y aquí entra el Tito Zuckerberg, que posee una red social sólida y que da dineromás de mil millones en 2014 y con unos bolsillos de 3 kilómetros cúbicos llenos de billetes de $100. Hasta hace poco usar Facebook en el móvil era un verdadero dolor de cabeza, e incluso hoy en día no podemos hacer muchas cosas en el móvil que sí podemos hacer en el escritorio, así que de golpe y plumazo compra a un equipo de los mejores ingenieros en comunicaciones en terreno móvil, con experiencia más que demostrada. De regalo se lleva la aplicación reina del mundo de las comunicaciones y 450 millones de usuarios.

Pero ahora en serio, ¿Whatsapp vale eso?

Sí y no. Sin duda la aplicación vale su dinero, no solo por el valor del código que hay detrás, sus ingenieros e infraestructura, de la marca y obviamente sus usuarios. También hay un potencial de crecimiento brutal que llevaría a Whatsapp a crecer hasta el millardo de usuarios fácilmente a lo largo de 2013. Claro está, siempre y cuando a Whatsapp no le salga una competencia real (LINE, no, gracias, gastas mucha batería, go home.), porque en el terreno de la mensajería no hay nada más peligroso que otra aplicación que haga algo mejor que tú y empiece a ganar base de usuarios. Del "Hablamos por Whatsapp" pasamos al "Hablamos por Whichuntang" y aquí se acabó todo para la marca del icono del teléfono. Y no nos engañemos, acabaría pasando antes o después, porque el coste de cambiar de Whatsapp a otra aplicación es bastante pequeño.

Sin embargo pasar de una red social a otra es una liada bastante mayor. No solo tenemos que convencer a nuestros amigos de que la nueva red es mejor, si no que tenemos que llevarnos nuestras fotos, nuestros posts, nuestros likes y nuestras páginas de empresa a otro lado. Y esa es la fortaleza de Facebook y por la que Facebook es la reina del mambo y ya puede gastarse Google+ todo el dinero del mundo que no lo van a conseguir por lo menos a escala global.

En resumen: Whatsapp sí que vale ese dinero porque Facebook lo ha pagado, pero es un valor muy volátil, hoy vale esta cifra pero en un año puede bajar espectacularmente por X o por Y. Es una cifra bastante inflada, pero bueno, es el dinero del Tito Mark no el mío.

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domingo, 9 de febrero de 2014

El mercado de trabajo en una simple lección

A veces a los economistas se nos agranda la boca al hablar de ofertas, demandas, precios, externalidades y más palabras que, muchas veces el resto de los mortales no entiende o no quiere entender. Dada la gran importancia del mercado laboral aquí va una pequeña guía para que en unos minutos aprendas lo básico y puedas "kick-ass" en Twitter haciéndote el guay.

¿Qué es el trabajo?

El trabajo es un "bien", es un valor que posee la persona que va a trabajar, es el conocimiento o las cualidades tanto físicas y mentales que para un empleador son deseables, y que está dispuesto a pagar por esas cualidades.

¿Y a cambio qué va a recibir? Un salario. Lo que el trabajador recibe a cambio de dar su tiempo, conocimientos, fuerza y demás al trabajador es el salario.

"Hola, venía por la oferta de salario"

¿De qué va a depender el salario? Pues de bastantes cosas, pero sólo de una: ¿cuánto está dispuesto a pagar el empresario por tenerme a mí y a mis aptitudes en su empresa? Esta cantidad dependerá de mi formación, pero también de mil cosas más dependiendo del trabajo. Es por esto que un futbolista cobra más que un neurobiólogo, porque su trabajo vale más en el sentido de que el mundo en general y en su totalidad da más dinero por tener a un Cristiano Ronaldo que a un Nikola Tesla. En resumidas cuentas, tu salario es lo que la empresa cree que vales, es decir, lo que cree que aportas a la empresa.

¿Y el trabajo de todos?

Si empezamos a sumar las ofertas de trabajo de todo el mundo y las demandas de trabajo de todo el mundo también tenemos lo que comúnmente se llama "Mercado de trabajo", y que es lo que acaba por salir en las noticias: "El mercado de trabajo en España no es flexible" bla bla bla.
"Yo he venido aquí a hablar de mi gráfica"

Pero tranquilos porque esta es la única gráfica de oferta y de demanda que vais a ver en este post, porque para simplificar las cosas vamos a utilizar una caja y unas bolas.

Vamos a imaginarnos que el mercado laboral español es una caja enorme en la que vamos a ir introduciendo unas pelotas (trabajadores), cuanto más grande sea la pelota mayor será el salario de el trabajador, cuanto más grande sea la caja, mayor capacidad productiva tiene el país.

Y la cosa funciona más o menos así...

Vamos a coger todas las pelotas y vamos a tirarlas dentro del cubo, es razonable pensar que las pelotas más gordas por su gravedad vayan al fondo, mientras que las más pequeñas se queden más arriba cerca del precipicio, es decir, que las personas con mayores salarios suelen tener una mayor seguridad en el trabajo porque "valen más" para la empresa. Vale, una vez hemos tirado todas las pelotas a la caja, la imagen que nos queda es la siguiente:

Los que entran dentro de la caja trabajan, los que no, se quedan fuera, quizá porque piden salarios demasiado altos y nadie les quiere contratar, quizá porque vivan de las rentas, quizá porque su valor sea tan bajo que nadie les necesite.

¿Cómo conseguimos que todo el mundo entre en la caja?

Creo que aquí hasta podríamos ir a una guardería a buscar una solución:
  • O hacemos la caja más grande. = Aumentamos la productividad del país.
  • O cogemos pelotitas más pequeñas.= Bajamos los salarios.
  • O tiramos pelotas fuera. = Nos vamos a Alemania.
Podemos hacer la caja más grande si hacemos que los empresarios estén dispuestos a pagar más por nosotros, es decir si aumentamos nuestro valor. ¿Y cómo podemos aumentar nuestro valor? Aumentos de productividad, si aumentamos la productividad nuestro valor en términos económicos aumenta. Con una caja más grande, no solo los que ya están podrán seguir trabajando o incluso verán aumentado su sueldo, si no que aquellos que se quedaron fuera, ahora encontrarán un pequeño escondite en la caja en el que entrar.

Si no conseguimos aumentar nuestra productividad sea por lo que sea, la otra opción que tenemos es bajar los salarios. Sólo así conseguiremos que, al reducir el tamaño de las pelotas que ya están dentro entre más gente. Esta es la línea que han seguido las recomendaciones de la OCDE y otros organismos como el FMI, rebajémonos un poco los sueldos para reducir el paro, y en el largo plazo mejorar la economía.

La otra opción es...tirar pelotas. Irnos fuera, salir de la economía española y buscar suerte en alguna otra. 

En la teoría económica solo este párrafo serían unos cuantos meses de estudio e investigación, pero al final las conclusiones son bastante parecidas.

¿Y para qué sirven las políticas de empleo?

Pongamos el Plan E de ejemplo. El Plan E es muy buen ejemplo porque como fue una política de empleo TAN grande, sus efectos se vieron clarísimamente en la economía real. Por si alguien no lo recuerda, el Plan E fue un plan del Gobierno de Zapatero en el que se gastaron 55.000 millones (Más de mil euros por cabeza, unos 4.000 por contribuyente, espera, voy a repetirlo: UNOS 4.000 EUROS POR CONTRIBUYENTE) para incentivar el empleo. ¿Fue esto una mejora en la productividad? NO. Entonces no hay ni que seguir con la discusión, si esta política no mejoró la productividad es imposible que sus efectos fueran positivos a largo plazo.

"A pringar mis cagadas, se siente"

Las políticas de empleo dan fondos a proyectos u obras que de otra forma jamás se llevarían a acabo. Obras que no están contempladas en ningún presupuesto ni petición. Es decir, obras que ni hacen falta ni nadie ha pedido, obras en las que nos dejamos un buen dinero. 

¿En efectos de cajas? El Plan E aumentó la caja, sí, pero no a base de productividad, si no a base de impuestos. Es decir, que mientras dura la caja se hace mayor, pero cuando se acaba el dinero y hay que pagar el despilfarro, no solo la caja se encoje, si no que el salario aumenta.

¿AUMENTA? Sí, sí, aumenta. Porque hay que subir los impuestos para pagar ese gasto. Si antes el tipo impositivo era 10 y ahora es 20, ese gasto extra lo tiene que pagar alguien, es decir forma parte del salario.
Recordamos aquí que el salario no es solo lo que recibimos, si no que es todo lo que paga el empresario: Cuota a la SS y demás impuestos.

¿Entonces qué narices ha pasado aquí?

Que a lo largo de la última década habíamos inflado la caja a base de Planes E de aeropuertos en Castellón, pelotazos de ladrillo, tranvías para moscas y demás inversiones basura que no han aumentado la productividad real de la economía, mientras la cosa iba bien y seguíamos tapando agujeros pequeños con otros más grandes no ha pasado nada. Como el dinero estaba barato (Gracias FED) "nos lo podíamos permitir", pero ahora se ha visto que esa caja tan grande era un espejismo, no era productividad, era dinero regalado. Era crecimiento extensivo en vez de intensivo.

¿Y ahora qué hago yo con este marrón?

Pues aumentar la productividad o reducir los salarios. Para ambas cosas necesitamos a Papá Estado. Por ejemplo es de esperar que una bajada de los impuestos aumente el trabajo, que mayor flexibilidad baje algo los salarios a cambio de mayor productividad, reducir impuestos a las empresas y en general, reducir la burocracia para contratar y quitar barreras de entrada al mercado laboral, como las profesiones que necesitan estar colegiadas para ejercerse o el maldito SMI.

Siempre que veáis una propuesta para aumentar el empleo preguntaos: ¿Aumenta la productividad o baja los salarios? Si la respuesta es no, entonces es populismo, además de seguir en paro conseguiréis que a la larga os suban los impuestos.

Y para todo lo demás, MasterCard, o bueno...visto lo visto casi mejor no...



viernes, 7 de febrero de 2014

Ofertas de trabajo machistas que no lo son: de tetas y paraísos.

Hoy me despertaba inocentemente con otra perla en eldiario.es de mi amigo NACHETE. Al parecer le indigna a él y a otra mucha gente más que en una entrevista de trabajo se pida una talla 90. El anuncio como se puede ver es para una empresa de azafatas de imagen, puesto en el que aparte de la amabilidad y saber estar de la candidata se valora muy positivamente su belleza y atractivo.

Al parecer esto es un caso claro de machismo para NACHETE y sus amigos, pero mucho más lejos de ser así lo que es es una oferta de trabajo normal y corriente. Vamos a ser sinceros, nuestro aspecto físico importa y mucho para según qué trabajos. No solo tememos más al típico portero ruso de discoteca de 2x2 si no que si vas a contratar a una persona como imagen de tu empresa, qué menos que sea agradable a la vista.

"A ver, enséñame el DNI y el cuello, wapah"

Ahora entrando un poco en el análisis económico del asunto:


El demandante del empleo puede poner en el anuncio lo que le plazca, es decir, el anuncio no es ninguna obligación para el oferente. A mi nadie me obliga a hacer clic e inscribirme en la oferta, y es más, agradezco que se sinceren en la oferta pública de trabajo para que si no cumplo con algún requisito ni me moleste en echar mi currículum. ¿O no estamos hartos de ir a procesos de selección que no llegan a ninguna parte, y de presentarnos a entrevistas para descubrir que al final la empresa se guardaba alguna estupidez bajo la manga?

Mi aplauso para esta y otras empresas que son lo más sinceras posible en sus ofertas de trabajo, para que el problema de información asimétrica entre empresa y posible empleado desaparezca. ¿No sería deseable saber también que ese contrato de 8 horas en la oferta realmente son 12 y encima cobrando sólo 8? Con artículos como el que enlazo arriba lo único que conseguimos es que las empresas se guarden la información que crean puede ser más sensible cara al público en general. Pero no nos engañemos, aunque en la oferta no pidan una 90 o una 95 no os preocupéis que la persona encargada de la selección de personal sabrá lo que tiene que hacer, y vosotros no.

El cuerpo como activo.


Para mucha gente que se dedica al mundo de la imagen y la belleza, su cuerpo es su mejor activo, lo cuidan y lo miman pasan horas eternas en gimnasios y en unas sudorosas zapatillas para conseguir que su cuerpo luzca de diez en la próxima prueba que deseen sacarse. Algo parecido en aquellas oposiciones donde hay que pasar pruebas físicas, donde los candidatos pasan años esforzándose físicamente para superarlas. Otras personas por el contrario deciden cultivar su mente, serán unos blandengues pero tienen un título de idiomas o dos carreras.

Así como cada cual decide dedicar su tiempo a cultivar su cuerpo o su mente, ese tiempo invertido puede verse perfectamente reflejado en una oferta de trabajo que pide un C1 en inglés o "buena presencia".  A cada cual su trabajo.

"Eres un gilipollas por pensar así"


Me parece muy bien y muy correcta tu opinión querido lector, pero piensa que gracias a que en ese anuncio se puso la talla mínima de pecho de las aspirantes, muchas mujeres decidieron no perder el tiempo con la oferta (ya sea porque les pareció machista o no llegaban a los requisitos.), la empresa expuso claramente sus preferencias y encima ahora, gracias a mis amigos los quejomentodo la oferta habrá recibido centenares más de candidatas. Felicidades.

¡Oh! Y la próxima vez que veáis una oferta de trabajo así, no tenéis más que seguir haciendo scroll e ignorarla.